Obra ganadora del XX Premio Internacional de Narrativa de la Asociación de Periodistas de Ávila
LA VIDA ES SUEÑO, de Antonio Salinero
“El Teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma”, Arthur Miller.
La fecha del estreno estaba a la vuelta de la esquina y la zozobra ante la inminencia del fracaso se adueñaba de mí. El insomnio, las palpitaciones y las continuas pesadillas iban a acabar conmigo.
Para redimirme de anteriores fiascos como director teatral, dejar las marionetas y salir del pozo negro en el que me hallaba inmerso, opté por un clásico. A tiro fijo. La coyuntura no aconsejaba aventuras y, como no era menester devanarse los sesos con libretos vanguardistas o arriesgarse con Ionesco, Sartre o Pirandello, me decidí por una fiel adaptación de “La vida es sueño”.
Llevaba una racha tan mala que no me hubiera importado hacer de estatua humana en el parque, al menos los niños me hubieran lanzado algunas monedas.